El petirrojo se fue volando. Los hermanos no sabían a dónde ir, hasta que oyeron un ruido detrás de un árbol y vieron un castor. Les dijo que el fauno le había dado el pañuelo de Lucy. Los condujo a su casa hablándoles en voz baja. Cuando entraron, se encontraron a otro castor atareado.
Los 4 hermanos se pusieron a preparar la cena. Susan y Lucy se encargaban de la comida, Edmund del fuego y Peter, con el señor castor, fue a pescar.
Después de la cena bebieron té acompañado por un pastel de cerezas.
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